Pedrito tiene madera de filósofo. Siempre que se come una rosquilla se hace la misma pregunta: ¿en que mordisco una rosquilla deja de ser una rosquilla?
Dios seguro que no pensó en eso?-se dice a sí mismo Pedrito
Tenía ocho años. Le gustaba una o dos chicas de su clase. No le gustaba mucho el futbol pero una tarde se puso a jugar. Tenía toda la vida por delante. Nunca tuvo muy buena suerte.
Un día cualquiera, puso todas sus cosas en una maleta, dejó su casa torcida y tomó un camino recto